| Cuando te paras en el límite de Bayan Obo, lo único que ves es una extensión de tierra gris excavada y arrasada en las praderas de Mongolia Interior, en el norte de China. Oscuras nubes de polvo se elevan desde cráteres profundos donde la corteza terrestre ha sido excavada durante décadas en busca de tesoros modernos. Quizás no has oído hablar de esta ciudad, pero la vida tal como la conocemos podría paralizarse sin Bayan Obo. La ciudad recibe su nombre del distrito en el que se encuentra, que alberga la mitad del suministro mundial de un grupo de metales conocidos como tierras raras. Son componentes clave en casi todo lo que encendemos: teléfonos inteligentes, altavoces bluetooth, computadoras, televisores e incluso vehículos eléctricos. Y un país, por encima de todos los demás, ha dado un gran salto en su extracción y refinación: China.
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