| Tras la crisis que sufrió en agosto, arregló un plan de pagos con acreedores financieros. Pero en enero los acreedores medianos –que habían colocado entre u$s10.000 y u$s 30.000- empezaron a notar que Casanova se volvía a retrasar en el concretar los pagos prometidos para saldar la deuda. Y luego de las excusas usuales, como el retraso por los feriados por las estas de n de año, sus abogados aseguraban que en cuanto se concrete una prometida recepción de fondos del exterior (de los cuáles nunca se precisaron orígenes y montos) se regularizarían los pagos de las cuotas. Pero pasaron las semanas y nunca se cumplió con la normalización y ese grupo de acreedores minoristas nunca más cobró un peso. Además, los abogados que venían intermediando (y poniendo en marzo como excusa para poder girar los fondos el inicio de la cuarentena) ya ni les responden los llamados, según consignaron a punto biz acreedores afectados. Una particularidad de este default es que hay inversores minoristas que señalan que Casanvoas les vendió activos bursátiles (bonos) sin autorización, lo que constituiría un delito penal de gravedad, pero al menos hasta ahora no hay denuncias penales contra la malograda agencia. Abogados de Casanovas no respondieron ayer ante la consulta de punto biz para que expliquen las razones del nuevo default del grupo.
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