| En un enorme almacén en un suburbio de Shanghai, docenas de robots humanoides son maniobrados por sus operadores para realizar tareas como doblar una camiseta, hacer un sándwich y abrir puertas, una y otra vez. El sitio, que funciona 17 horas al día, tiene como objetivo generar grandes cantidades de datos que su propietario, la empresa emergente china de humanoides AgiBot, utiliza para entrenar robots que espera que se vuelvan omnipresentes y cambien la forma en que los humanos viven, trabajan y juegan.
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