Eduardo Sierra alerta que la fase negativa del ciclo de precipitaciones, que abarca 50 años en la región pampeana, podría debilitar la influencia de El Niño, lo que a su vez pone en duda la campaña agrícola en algunas áreas. Las expectativas que la llegada del fenómeno de El Niño traiga consigo un aumento en las precipitaciones generan un renovado optimismo entre los productores que han enfrentado los devastadores efectos de una prolongada sequía. En este contexto, en diálogo con LA NACION el experto en agroclimatología, Eduardo Sierra, explicó que los efectos se comenzarán a sentir a partir de octubre. No obstante, alertó que debido a la actual fase negativa del ciclo de lluvias en la región pampeana, una fase que, según explicó, comenzó en 2007 y se extiende a lo largo de 50 años, la influencia del fenómeno climatológico se verá debilitada en algunas zonas. Estas son el sur de Córdoba, el norte de La Pampa, el noroeste de Buenos Aires y el sudoeste de Santa Fe.
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