Según admitieron fuentes cercanas a la compañía, esto podría acelerar el desenlace judicial de una de las causas empresariales más complejas del país. La firma había argumentado que el fallo que anuló la homologación del acuerdo con sus acreedores causaba un daño de “imposible o insuficiente reparación ulterior” y, en los hechos, implicaba su “quiebra técnica”. “En un año normal la planta de Vicentin recibe en los dos primeros meses el 50% del girasol a moler en el año; actualmente, luego del dictado de la sentencia recurrida, ha recibido apenas el 30%. De continuar la incertidumbre es probable que esta planta deba cerrar en mayo, cuando normalmente puede trabajar hasta julio o agosto”, advirtió la empresa en su presentación.
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