Muchas firmas reclaman mayor presencialidad, mientras los empleados defienden el modelo híbrido. Las oficinas vuelven a cobrar protagonismo y crece la tensión. “La presencialidad absoluta va a ser muy difícil que vuelva. Hoy el 87% de la gente prefiere un esquema híbrido. Ya lo tomó como un derecho adquirido y no lo quiere resignar”, afirmó Germán Ruíz, director de Outsourcing de Randstad Argentina. “Y no es solo la fuerza laboral joven: el + 50 también valora quedarse un lunes en casa”, advirtió. La experiencia de la startup rosarina Teramot pone en evidencia cómo la presencialidad puede ser, en ciertos casos, un activo estratégico. Bruno Ruyú, CEO de la firma especializada en infraestructura e inteligencia artificial, lo plantea así: “Los procesos de altísima creatividad suceden mucho mejor cuando estamos juntos en un mismo espacio. Por eso decidimos que los perfiles vinculados a la innovación trabajen presencialmente en Rosario”.
|